Fernando Saiz Luca de Tena, un cazador doliente

Madrid 19 septiembre 1947- Madrid 19 de Junio 2025 


En Madrid, cuando descargaba la tormenta, los rayos se llevaron a Fernando hasta el cielo.

Doctor en Arquitectura, profesión que obliga a largos estudios y exige además codearse con la belleza, pero enamorado del campo se olvidó de sus estudios y  dedicó su vida a la caza.

Con paciencia y dedicación construyó una empresa de servicios para que el mundo americano conociera las sierras españolas. Fue pionero en visitar las convenciones del Safari Club International sabiendo que solo un trato exquisito abre las puertas de la confianza y ahora decir su nombre al otro lado del Atlántico es garantía de excelencia y exactitud.

Esa imagen es la del empresario, pero acompaña la del apasionado de la caza, su familia poseía una finca manchega, Pinos Altos, que él ha sabido elevar a mito, reedificando el cortijo, cuidando el entorno para que, con el impagable esfuerzo de Koki, su esposa, fuera cinco estrellas en el campo, en la cocina y en los salones. El Rey Juan Carlos y el Presidente Bush pueden atestiguarlo.

La feria Venatoria que derivó en Cinegética y la cofradía Culminum magister para los apasionados de la montaña, son hijas suyas.

Y su afición le llevó al Ártico, con horizontes de luz difusa, a las sabanas africanas y a las imponentes montañas de Asia donde la altitud alcanza magnitudes sobrehumanas, siempre acompañado del dolor porque la artritis reumatoide le alcanzó muy pronto y supo desde muy joven que cabe el purgatorio en la tierra.

Acabo aquí, era mi amigo y me llora la pluma cuando escribo.  


Marqués de Laserna

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Caza de Montaña, por Jesús Caballero